Beto Valiente
URUGUAY
LA FAMILIA VALIENTE Y EL VALLE DEL LUNAREJO
Beto Valiente
URUGUAY
LA FAMILIA VALIENTE Y EL VALLE DEL LUNAREJO
Durante mi travesía por el norte de Uruguay, rumbo a Brasil por la ruta 30, me topé con uno de esos lugares que graban su esencia en el alma: el Valle de Lunarejo, un oasis de naturaleza protegida en medio del paisaje uruguayo.
La diversidad de aves que me recibió allí me dejó atónito; en este rincón del valle, hasta 150 especies distintas encuentran su hogar. Los cantos alados me acompañan en cada pedaleo, mientras cruzo praderas y bosques, rodeado de helechos, orquídeas y sauces. El arroyo Lunarejo, que da nombre al valle, serpentea hasta encontrarse con el río Tacuarembó.
Con la llegada del atardecer, buscaba un lugar para acampar junto al río, según las coordenadas de mi mapa. Sin embargo, al final del camino, se presentó ante mí una pequeña casa.
Intrigado, me acerqué y hallé a un hombre sentado en la entrada, disfrutando del frescor del atardecer, con un mate entre sus manos, saboreando cada sorbo con serenidad.
Su mirada profunda y su sonrisa encantadora me cautivaron. Me preguntó si me había extraviado, a lo que respondí que buscaba un sitio donde acampar. Entonces, le inquirí si estaba lejos el lugar que buscaba, y él, con humor, contestó: "Depende de cuánta prisa tengas". Le aseguré que en mi vida nómada, la prisa no tenía lugar, pues me consideraba rico en tiempo. Ambos reímos.
Descendí de mi bicicleta y él me ofreció el mate, advirtiéndome que era amargo. Su sabor me conquistó, y desde entonces, cada mate compartido con Beto Valiente se convirtió en una experiencia especial, lejos de cualquier amargura.
Beto, a sus 73 años, reside en un alojamiento temporal, pues su hogar de toda la vida colapsó recientemente. Admirablemente, está construyendo una nueva morada por sí solo, cortando y puliendo troncos que serán los cimientos de su nuevo refugio.
En ese instante, aparecieron sus nietos, Esteban y Alejandro, que observaban desde la ventana, llenos de curiosidad por mi bicicleta y equipo.
Después de responder a sus preguntas, me invitaron a entrar en mi tienda de campaña, a lo que accedí gustosamente. Jugamos y compartimos momentos divertidos mientras Beto disfrutaba de su mate, indicándome que podía acampar allí si así lo deseaba.
Las noches en Lunarejo se llenan de miles de sonidos procedentes de las colinas, acompañados de innumerables luciérnagas que danzan en la oscuridad. Me siento feliz de estar allí.
Al día siguiente, Beto me invitó a desayunar y entablamos una larga charla mientras bebíamos (una vez más) el mate. Me contó sobre su encuentro con Pepe Mujica durante la época de la dictadura en Uruguay, y aunque tiene algunas críticas, confesó que si lo viera ahora y le propusiera tomar unos vinos juntos, aceptaría sin dudar.
Los días no son sencillos para la familia Valiente, pero enfrentan la vida con valentía y resiliencia, dejando a un lado la resignación, la frustración o la tristeza.
Viven el día a día en el valle, afrontando los desafíos con una fuerza que es ejemplo para muchos de nosotros, criados en una comodidad relativa.
Este año, la cosecha de sandías en su chacra, el fruto más típico de la zona, será abundante, lo que les permitirá iniciar la construcción de una casa mejor para toda la familia.
Tras dos semanas compartiendo conversaciones y risas, continúo mi camino por este maravilloso valle, llevándolos en mi corazón. Llegué por casualidad, como ocurre con tantos encuentros en esta vida nómada, y estas personas se han convertido en seres queridos, confirmando la idea que tenía antes de salir de Barcelona y dejar atrás la comodidad de mi hogar en Cataluña. En mi viaje, el protagonismo no recae en mí, sino en las maravillosas personas que encuentro en el camino.
DÓNDE ESTÁ EL VALLE DE LUNAREJO?
El Paisaje Protegido Valle del Lunarejo se encuentra en el extremo noroeste del departamento de Rivera, muy próximo a Artigas y Salto, y en el límite disputado con Brasil.